martes, 10 de noviembre de 2009

SIMÓN BOLÍVAR

1783 - 1830

Antes de 1.918 no existía una constitución clara que determinara quien y cuanto tiempo iba a tener el poder como Dictador Jefe Supremo de la República, existía solo un congreso republicano formado por altos mandos militares (1.811 – 1.812). El congreso de Angostura fue la antesala de Bolívar para formar la primera constitución democrática en Venezuela.
El propio 15 de febrero, Bolívar leyó en la sesión inaugural una importante pieza oratoria, conocida en la historia como el Discurso de Angostura. Claro que en Angostura el Libertador pronunció otros discursos, pero ninguno como el del 15 de febrero, que fue el marco de oro que supo ponerle él a las deliberaciones de una asamblea en la que participaron las más brillantes figuras con que contaba la Venezuela libre. El principal cometido del Congreso fue dar la Carta Fundamental a Venezuela y esto lo realizó a cabalidad.
El siguiente es un fragmento de este discurso que nos permitirá analizarlo de manera oportuna:
Señor. ¡Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta! Yo, pues, me cuento entre los seres más favorecidos de la Divina Providencia, ya que he tenido el honor de reunir a los representantes del pueblo de Venezuela en este augusto Congreso, fuente de la autoridad legítima (Congreso), depósito de la voluntad soberana y árbitro del destino de la nación. Al trasmitir a los representantes del pueblo el Poder Supremo que se me había confiado, colmo los votos de mi corazón, los de mis conciudadanos y los de nuestras futuras generaciones, que todo lo esperan de vuestra sabiduría, rectitud y prudencia. Cuando cumplo con este dulce deber, me liberto de la inmensa autoridad que me agobiaba, como de la responsabilidad ilimitada que pesaba sobre mis débiles fuerzas. Solamente una necesidad forzosa, unida a la voluntad imperiosa del pueblo, me habría sometido al terrible y peligroso encargo de Dictador Jefe Supremo de la República. ¡Pero ya respiro devolviéndoos esta autoridad, que con tanto riesgo, dificultad y pena he logrado mantener en medio de las tribulaciones más horrorosas que pueden afligir a un cuerpo social!

Yo no he podido hacer ni bien ni mal; fuerzas irresistibles han dirigido la marcha de nuestros sucesos; atribuírmelos no sería justo y sería darme una importancia que no merezco. ¿Queréis conocer los autores de los acontecimientos pasados y del orden actual? Consultad los anales de España, de América, de Venezuela; examinad las Leyes de Indias, el régimen de los antiguos mandatarios, la influencia de la religión y del dominio extranjero; observad los primeros actos del gobierno republicano, la ferocidad de nuestros enemigos y el carácter nacional. No me preguntéis sobre los efectos de estos trastornos para siempre lamentables; apenas se me puede suponer simple instrumento de los grandes móviles que han obrado sobre Venezuela; sin embargo, mi vida, mi conducta, todas mis acciones públicas y privadas están sujetas a la censura del pueblo. ¡Representantes! Vosotros debéis juzgarlas. Yo someto la historia de mi mando a vuestra imparcial decisión; nada añadiré para excusarla; ya he dicho cuanto puede hacer mi apología. Si merezco vuestra aprobación, habré alcanzado el sublime título de buen ciudadano, preferible para mí al de Libertador que me dio Venezuela, al de Pacificador que me dio Cundinamarca, y a los que el mundo entero puede dar.

Legisladores!

Yo deposito en vuestras manos el mando supremo de Venezuela. Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros a la felicidad de la República; en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria, ellas sellarán los decretos que fijen nuestra libertad. En este momento el Jefe Supremo de la República no es más que un simple ciudadano; y tal quiere quedar hasta la muerte. Serviré, sin embargo, en la carrera de las armas mientras haya enemigos en Venezuela. Multitud de beneméritos hijos tiene la patria capaces de dirigirla, talentos, virtudes, experiencia y cuanto se requiere para mandar a hombres libres, son el patrimonio de muchos de los que aquí representan el pueblo; y fuera de este Soberano Cuerpo se encuentran ciudadanos que en todas épocas han mostrado valor para arrostrar los peligros, prudencia para evitarlos, y el arte, en fin, de gobernarse y de gobernar a otros. Estos ilustres varones merecerán, sin duda, los sufragios del Congreso y a ellos se encargará del gobierno, que tan cordial y sinceramente acabo de renunciar para siempre.

Después de haber renunciado al cargo, expresa lo siguiente:

La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente .1

Pasemos pues a analizar este discurso de bolívar. En el bolívar expone varias ideas, por un lado empieza recalcando su importancia como caudillo y cabeza de la nación que esta surgiendo. Se reconoce como el mas afortunado y como el héroe que ha logrado por medio de la lucha la liberación de la nueva granada, podemos notar en sus palabras la importancia que le da a dicha acción, dejando como valores principales el heroísmo y la entrega a la nación.
Bolívar expresa de igual manera la importancia de unir a la nueva república y de buscar maneras de fortalecer su estructura para logar expulsar completamente a los españoles del territorio americano. Este fortalecimiento se debe dar a nivel legislativo, si bien la república cuenta con suficiente dominio de territorio, no esta aun conformada administrativamente, reconoce que su labor de libertador y el aprecio del pueblo son las causas de que hubiese quedado desempeñando el papel de dictador supremo y único, sin embargo expresa su deseo de renunciar a dicho cargo para que los legisladores sean quienes por medio de la constitución y las leyes establezcan los parámetros para elegir a los representantes del pueblo, a los gobernantes y a los mismos legisladores.
Sin embargo en la practica bolívar siempre tuvo una actitud centralista, su idea siempre fue la de unificar la nación en un poder central, y así lo hizo en varias ocasiones, podría decirse que era consciente de que tenía una oposición por parte de los legisladores y sobretodo del sector federalista, esta presión y el cansancio por las campañas libertadoras fueron las causantes de que expresara estas ideas en dicho discurso, sin embargo sus palabras, en especial las que se expresan en contra de la dictadura, han sido las principales criticas que se le han hecho por parte de sus opositores catalogando así su discurso como hipócrita y descontextualizado. Lo que si es cierto es que bolívar era un hombre de visiones, ideas y de armas que poco se inmiscuía en lo relativo a las leyes y a lo administrativo, no podemos juzgarlo mal ni acusarlo de dictador, pues su causa fue siempre la mas noble y sus intenciones las mejores.


1 http://direccion.camara.gov.co/camara/site/artic/20050422/asocfile/discurso_angostura.pdf

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